La sal es un elemento indispensable para la vida, ya que el sodio es un nutriente esencial para múltiples funciones del organismo.

El sodio es el ión intracelular más abundante en el ser humano y su regulación está estrechamente relacionada con la regulación de otros iones de vital importancia como el potasio.

Entre sus funciones están:

1. Mantener el equilibrio osmótico

Los iones que componen la sal, sodio y cloro, desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la homeostasis (estado de equilibrio) de los diferentes fluidos del organismo.

Se trata de regular la concentración de las distintas moléculas dentro y fuera de las células para que funcionen correctamente. Cuando en una célula hay mucha cantidad de una sustancia, la membrana se hace impermeable al paso de esta sustancia y no deja que entre más. Cuando la sustancia se consume, la membrana vuelve a permitir que entre.

Aquí interviene la bomba sodio-potasio, una enzima esencial ubicada en la membrana plasmática de todas las células del organismo. Su principal función es mantener el equilibrio electrolítico intra y extracelular, regulando las concentraciones de iones de sodio y potasio, manteniendo una alta concentración de potasio y una baja concentración de sodio dentro de la célula.

Esta distribución crea un gradiente electroquímico fundamental para mantener la estructura celular, que también es utilizado para el transporte de otras moléculas, como glucosa y aminoácidos.

Alteraciones en la actividad de la bomba pueden contribuir al desarrollo de enfermedades como la hipertensión, la insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal.

2. Transmisión de impulsos nerviosos

La comunicación entre neuronas se realiza mediante la liberación de sustancias químicas (neurotransmisores) que se transportan de unas neuronas a otras en un proceso llamado sinapsis.

Cuando se libera el neurotransmisor, se produce un cambio en la membrana de la neurona, provocado el movimiento de iones entre la célula y el espacio extracelular, donde intervienen principalmente el sodio y el potasio.

3. Regulación de la tensión arterial 

La cantidad de sodio está muy relacionada con el volumen sanguíneo. Cuando la tensión arterial está baja, hay que evitar que se pierdan agua y sodio. Esto se regula en el riñón gracias a un conjunto de hormonas que se activan si disminuye la tensión arterial.

Su activación produce la liberación de aldosterona, que abre unos canales de sodio localizados en el riñón. Esto provoca que aumente la reabsorción del mismo y, por lo tanto, de agua.

La consecuencia es un aumento del volumen sanguíneo y de la tensión arterial. De igual forma, cuando la tensión arterial está alta, la reabsorción de éstos en el riñón es menor, se eliminan en la orina y disminuye el volumen sanguíneo.

4. Contracción muscular y secreción glandular

Este mecanismo es similar al mecanismo para transmitir los impulsos nerviosos, aunque en este caso la célula que recibe el impulso, puede ser una glándula o bien una célula muscular.

La respuesta será una modificación de la secreción glandular, en el caso de la glándula o una contracción o relajación muscular, si es una célula muscular la receptora del impulso.

Página actualizada el