El recién publicado Atlas mundial de obesidad 2023 predice que más de 4.000 millones de personas en el mundo, el 51% de la población global, sufrirán sobrepeso y obesidad en 2035, frente a los 2.600 millones de 2020. Señala, además, que una de cada cuatro personas será obesa.

 

La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades no transmisibles crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, accidentes cerebrovasculares e incluso algunos tipos de cánceres.

 

El nuevo informe advierte que la obesidad infantil está aumentando “particularmente rápido”, y calculan que casi 400 millones de niños vivirán con obesidad en 2035, a menos que se tomen medidas significativas. Según el informe nueve de los diez países que se estima verán los mayores aumentos de obesidad son países de ingresos medio-bajos o bajos.

 

Al hilo del tema, en octubre de 2022 se realizó en Inglaterra un estudio multifactorial, que ha sido publicado por la organización Nuffield Trust, en el que se explora la relación del sobrepeso y la obesidad en relación con factores como los bajos ingresos, el desempleo, la pobreza o el acceso a espacios verdes, entre otros.

 

El sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles asociadas, pueden prevenirse en cierta medida. Además de las políticas que se puedan adoptar a nivel global, de manera individual, se pueden realizar cambios en los hábitos alimentarios limitando la ingesta de azúcares, grasa y sal reduciendo el consumo de alimentos ultraprocesados por ejemplo, así como aumentando el consumo de frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, seleccionando el agua como bebida principal.