Los buenos hábitos nutricionales pueden reducir sustancialmente los riesgos de obesidad y sobrepeso infantil

Aprovechando el Día Mundial de la Obesidad, la OMS/Europa ha planteado la urgente necesidad de promover hábitos alimentarios saludables entre los niños. Esta recomendación se basa en los resultados de la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI).

Hábitos alimenticios de los niños

Según los datos, que representan los hábitos alimentarios de 132.489 niños, el 78,8% de los niños desayuna, el 42,5% consume fruta fresca todos los días y el 22,6% consume verduras todos los días. El 10,3% de los niños consume bocadillos dulces y el 9,4% refrescos a diario. Sin embargo, existen diferencias significativas entre los hábitos alimentarios de un país a otro.

 

En base a los datos del estudio, se necesitan acciones urgentes para promover hábitos alimenticios saludables entre los niños en todos los países de Europa, especialmente para aumentar el consumo diario de frutas y verduras frescas.

Alimentación para una vida sana

La alimentación saludable es uno de los pilares para la prevención de las enfermedades no transmisibles. La mala alimentación, el sobrepeso y la obesidad son importantes factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, dos de las principales causas de muerte en Europa.

 

Una dieta saludable es especialmente importante para los niños en edad escolar. Establecer hábitos alimentarios saludables en una etapa temprana de la vida puede disminuir sustancialmente los riesgos de obesidad y sobrepeso infantil, y puede conducir a una mejor salud a futuro.

Políticas de prevención

La alimentación saludable durante la infancia es una prioridad. Los responsables de la formulación de políticas deben promover un crecimiento y un desarrollo saludable entre los niños. Para ello se debería:

 

  • Regular la comercialización de alimentos y bebidas no saludables para los niños
  • Armonizar la información nutricional en el etiquetado
  • Incentivar la reformulación de alimentos con alto contenido de azúcar, grasa y sal
  • Introducir incentivos fiscales como la implementación de un impuesto sobre las bebidas azucaradas
  • Facilitar el acceso a alimentos saludables y nutritivos en las escuelas y otras instituciones públicas
  • Impulsar iniciativas de hábitos alimentarios saludables de los niños